miércoles, 25 de diciembre de 2019

TUS OBRAS NO SE VEN (FUERZA EN EL SUFRIMIENTO)

CELINA EN EL CARMELO

Celina cuenta:
He aquí un ejemplo de las «cruces» que se encuentran en la vida religiosa:        
Durante mi postulantado fui puesta en la ropería, con la encomienda de desempeñar algunos servicios en la enfermería. 
Pero desde mi entrada se me pidieron trabajos enteramente distintos de aquellos para los que «se me esperaba».        
Tuve que pintar un medallón sobre una casulla, luego una multitud de pequeños objetos que las Hermanas me traían para embellecerlos con miras a la fiesta de Santa Inés, onomástico de nuestra Madre.        
Como quien me mandaba todo esto era mi primera de oficio, lo hacía dócilmente, y, sin embargo, hubiera preferido coser.        
Pero luego, dándose cuenta esta religiosa de que el trabajo de la ropería se retrasaba, se quejó, lo cual me causó grandes penas, que yo confiaba a mi Teresa.        
La noche de Navidad hallé en mi zapato una poesía, que ella me dirigía bajo el nombre de la Santísima Virgen (yo me llamaba entonces María de la Santa Faz); he aquí un fragmento: 

No Le inquiete la labor  

que has de cumplir cada día,  
tu solo quehacer, María,  
en la vida es el amor.  
   
Puedes decir a quien diga  
«que tus obras no se ven»:  
amo mucho, y en la vida  
el amor es mi quehacer.        

Mi querida Hermanita hizo esta poesía de propia iniciativa, sin que mediase petición de parte mía. Deseaba animarme, consolarme, y lo consiguió perfectamente.   



Fuente: Consejos y recuerdos (Recogidos por Sor Genoveva de la Santa Faz, Celina)

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