Le decía una vez:
«Lo que os envidio son vuestras obras. Yo también quisiera hacer el bien, componer bellas cosas que hiciesen amar a Dios!
- «No hay que apegar el corazón a esto, me contestó. No se debe desear hacer el bien por medio de libros, de poesías, de obras de arte... ¡Oh, no! Ante nuestra impotencia, debemos ofrecer las obras de los otros; en eso consiste la ventaja de la comunión de los Santos. Y no hemos de estar pesarosos de esta impotencia, sino dedicarnos únicamente al amor. »
Taulero dijo: «Si amo el bien que hay en mi prójimo más que el que hay en mí, ese bien es más mío que suyo. Si amo en San Pablo todos los favores que Dios le concedió, todo eso me pertenece por el mismo derecho que a él. Mediante esta comunión puedo enriquecerme con todo el bien que hay en el cielo y en la tierra, en los Ángeles, en los Santos y en todos los que aman a Dios».
"Los Doctores nos enseñan que en el cielo el amor que une a los elegidos es tan grande que cada uno goza de la felicidad de los otros como si él mismo la hubiese merecido y la gozase"
"Haréis tanto bien como yo, y aun más, con el deseo de hacer ese bien y con la obra más oculta cumplida por amor:
por ejemplo, haciendo un pequeño favor que cuesta mucho.
Sabéis que yo soy pobre, pero Dios me da exactamente lo que me hace falta".
Fuente: Consejos y recuerdos (Recogidos por Sor Genoveva de la Santa Faz, Celina)
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