lunes, 23 de diciembre de 2019

ÁNGEL DE PAZ (CARIDAD FRATERNA)


Había yo derramado algunas lagrimillas para hacer creer a una Hermana que estaba muy contrariada. Sin embargo, no había en mí ningún apego a lo que lamentaba. 
El mismo día había mantenido también mis derechos frente a otra Hermana, defendiendo
la justicia; quería, además, convencerla de que no tenía razón. 

Mi Hermana Teresa del Niño Jesús me dijo:        «Cierto que, en el fondo, el alma no se ha turbado; la paz no se ha menoscabado, pero la pelusilla del melocotón ha sido restregada... Mantener vuestros derechos, querer la justicia no es un perjuicio para vuestro prójimo, pero ¡qué pérdida es para vos!        

- ¡Oh! ¿Qué se va a hacer si han golpeado al melocotón?        
- Una mirada de amor a Jesús y el reconocimiento de su propia miseria lo arregla todo. Buscar sus derechos es obrar en perjuicio de la propia alma, y querer juzgar a los otros, aun teniendo razón, es desollaros inútilmente. Además, no es una guerra leal, pues no estáis vos encargada de su conducta. ¡No tenéis que ser Juez de paz, sólo Dios tiene ese derecho, vuestra misión es ser un Ángel de paz!» 

 
Fuente: Consejos y recuerdos (Recogidos por Sor Genoveva de la Santa Faz, Celina)


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