domingo, 15 de diciembre de 2019

DEVOCIÓN A LA SANTA FAZ, (PIEDAD)

Esta devoción fue para Sor Teresa del Niño Jesús el coronamiento y el completo desarrollo de su amor hacia la santa Humanidad de Jesús. 

La Santa Faz era el espejo donde ella veía el Alma y el Corazón de su Amado, donde ella le contemplaba todo entero. Del mismo modo que la fotografía del solo rostro de un ser amado nos basta para hacérnosle presente.        

Se puede decir que la devoción a la Santa Faz orientó la vida espiritual de Sor Teresa. Si se quiere marcar la nota justa de sus piadosas inclinaciones, hay que reconocer que ésta las sobrepasa a todas, sin duda porque las resume todas.        
Contemplando la Faz entristecida de Jesús, meditando sus humillaciones, ella hacía crecer su humildad, el amor a los sufrimientos, la generosidad en el sacrificio, el celo de las almas, el desapego de las criaturas, en fin, todas las virtudes activas, fuertes, viriles que la hemos visto practicar. 

Seguía, sin conocerlo, el consejo de perfección que Nuestro Señor dio a Santa Gertrudis cuando le dijo: «Que el alma que desea adelantar en el bien vuele a mi seno. Pero si quiere volar más lejos y subir aún más alto, en alas de sus deseos, que se eleve con la rapidez de un águila, que vuele en torno a mi Faz, sosteniéndose como un Serafín sobre las alas de una caridad generosa».        

Eso fue lo que hizo Sor Teresa del Niño Jesús, y la consecuencia de su vuelo fue un amor verdaderamente seráfico, que produjo frutos de generosidad heroica.        

Señaló a sus novicias la Faz de Jesús como un libro de donde sacaba la ciencia del amor, el arte de las virtudes...        
Cerca de la Santa Faz escribió en su blasón místico, esta divisa: «¡El amor no se paga más que con amor! » 
Sus cartas, su Historia de un alma, sus poesías están impregnadas de amor hacia esta Faz bendita.        
Estoy persuadida de que fue mi Hermanita querida la que inspiró mi proyecto de reproducir la Santa Faz según el Santo Sudario de Turín y de que a ella le debo el éxito de esta copia, ejecutada en 1904, siete años después de su muerte.   


Fuente: Consejos y recuerdos (Recogidos por Sor Genoveva de la Santa Faz, Celina)

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