miércoles, 1 de agosto de 2018

CARTA DE SANTA TERESITA A UNA ANTIGUA PROFESORA, CARTA 70



A la madre San Plácido

Primeros de diciembre de 1888 

J.M.J.T. 

Jesús + El Carmelo, diciembre de 1888 

Querida Profesora: 

Su atento detalle me ha emocionado profundamente. Con mucho gusto recibí la circular de las Hijas de María (1). Puede estar segura de que no dejaré de asistir con el corazón a tan hermosa fiesta. Porque ¿no fue en esa capilla bendita donde la Santísima Virgen tuvo a bien adoptarme como hija suya en el hermoso día de mi primera comunión y en el de mi ingreso en la Congregación de las Hijas de María? 
 

Nunca podré olvidar, querida Maestra, lo buena que fue usted conmigo en esas fechas tan importantes de mi vida. Y no dudo que la gracia insigne de mi vocación religiosa germinó aquel día feliz (2) en que, rodeada de mis santas profesoras, me consagré a María al pie de su altar, escogiéndola especialmente por Madre, después de recibir a Jesús aquella mañana por primera vez. 

Me gusta pensar que la Virgen no miró entonces mi indignidad y que, en su gran bondad, tuvo a bien poner los ojos en la virtud de aquellas profesoras que con tanto esmero habían preparado mi corazón para recibir a su divino Hijo. 
Me gusta pensar que por esa razón la Virgen quiso hacerme todavía más perfectamente hija suya concediéndome la enorme gracia de traerme al Carmelo. 

Creo, querida Profesora, que habrá estado usted al corriente de la enfermedad de mi queridísimo padre. Durante algunos días temí que Dios le arrebatase a mi ternura; pero Jesús se dignó concederme la gracia de que se restableciese para el momento de mi toma de hábito. 

Todos estos días estaba pensando escribirle, para comunicarle que había sido aprobada por el capítulo (3); pero como no sabía le fecha que Monseñor tendría a bien fijar, seguía esperando. Confío, querida Profesora, que no haya tomado esta demora por indiferencia. 
No, mi corazón sigue siendo el mismo, y creo que después de mi entrada en el Carmelo se ha hecho todavía más tierno y más capaz de amar. 
Por eso, me acuerdo con frecuencia de mis santas profesoras, y me gusta nombrarlas a todas en particular delante de Jesús durante las horas benditas que paso a sus pies. 

Me atrevo a pedirle, querida Profesora, que tenga a bien ser mi intérprete ante ellas, encomendándome a sus fervorosas oraciones; en particular a las de la Madre priora, hacia quien conservo el más filial y agradecido afecto. No me olvide tampoco antes mis afortunadas compañeras, de quienes sigo siendo siempre su hermanita en María. 

Adiós, querida Profesora. Espero que no olvide en sus santas oraciones a la que es y será siempre su agradecida hija, 

Sor Teresa del Niño Jesús.



NOTAS Cta 70 

1 Como antigua alumna en el internado de las benedictinas e hijas de María, Teresa había recibido la tarjeta de invitación para el 25º aniversario de la erección de la Asociación, el 13 de diciembre. Según una tradición, sor Inés redactó le borrador de esta carta, que Teresa se limitó a copiar. 


2 Interpretación gratuita por parte de sor Inés, para «agradar» a la destinataria. 


3 Admisión a la toma de hábito por parte del capítulo conventual. 
 

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