miércoles, 22 de agosto de 2018

VER UN DÍA LA FAZ DE JESÚS, CONTEMPLAR ETERNAMENTE SU BELLEZA, CARTA 95



A sor Inés de Jesús  Julio-agosto (?) de 1889 
J.M.J.T.    Jesús + 

Querido cordero, deja que bale un poco tu pobre corderito... ¡El cordero me hizo mucho bien el domingo...! 
 

Hay sobre todo una frase que fue luminosa para mí. Era ésta: «Callemos la palabra que pudiera enaltecernos»
Es verdad, hay que guardarlo todo para Jesús con celoso cuidado... Cordero querido,  ¡cuánto bien hace trabajar sólo por Jesús, absolutamente SÓLO por él...! ¡Cómo se llena entonces el corazón y qué ligero se siente...! 


Benoní de Jesús, reza por el pobre granito de arena (ella misma). 
Que el grano de arena se mantenga siempre en su lugar, es decir bajo los pies de todos; que nadie piense en él; que su existencia sea, por decirlo así, ignorada. 
El grano de arena no desea ser humillado, eso sería todavía demasiado glorioso, pues los demás se sentirían obligados a ocuparse de él. Tan sólo desea una cosa: ¡ser OLVIDADO, ser tenido en nada...!. Pero desea ser visto por Jesús. Si las miradas de las criaturas no pueden abajarse hasta él, que al menos la Faz ensangrentada de Jesús (1) se vuelva hacia él... No desea más que una mirada, ¡una sola mirada...! 

Si a un grano de arena le fuese posible consolar a Jesús, enjugar sus lágrimas, ¡aquí hay uno que quisiera hacerlo...! Que Jesús tome al pobre grano de arena y lo esconda en su Faz adorable... Allí el pobre átomo nada tendrá ya que temer, estará seguro de no volver a pecar... 

El grano de arena quiere a toda costa salvar almas, y Jesús tiene que concederle esta gracia... Pequeña Verónica, ¡pide para mí esta gracia a la Faz luminosa de Jesús...! Sí, la Faz de Jesús luminosa; pero si aun en medio de las heridas y de las lágrimas es ya tan hermosa, ¿qué será cuando la veamos en el cielo...?  


 ¡Ah, el cielo..., el cielo...! Sí, para ver un día la Faz de Jesús, para contemplar eternamente la maravillosa belleza de Jesús, el pobre grano de arena desea ser despreciado en la tierra... 

Cordero querido, pide a Jesús que su grano de arena se apresure a salvar muchas almas en poco tiempo para volar más rápidamente hacia su Faz adorada... 

¡Sufro...! Pero la esperanza de la patria me da ánimos: ¡pronto estaremos en el cielo...! Allí no habrá ya ni día ni noche, sino que la Faz de Jesús hará que reine una luz sin igual... 

Cordero querido, comprende al grano de arena. Él no sabe lo que ha dicho esta noche, pero a buen seguro que no tenía intención de escribir ni una sola palabra de todo lo que ha garabateado... 


NOTAS 

(1) Cf la estampa que Teresa dará a Celina para su santo (Cta 98). 



 

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