J.M.J.T. Jesús +
León querido, ¡gracias, gracias...! ¿Qué quieres que te diga el pobre corderito (1)...? ¿No fuiste tú quien lo educó...?
María, hermana de santa Teresita
(en el Carmelo era
María del Sagrado Corazón)
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Recuerda aquellos tiempos en los que, sentada en la silla alta y teniéndome tú en tu regazo, me hablabas del cielo (2)...
Todavía te oigo decir: «Mira cuánto trabajan los comerciantes para ganar dinero. Y nosotras podemos amontonar tesoros para el cielo a cada instante sin tantos trabajos; lo único que tenemos que hacer es recoger diamantes con un RASTRILLO».
Y yo me iba con el corazón desbordante de alegría y de buenos propósitos... ¡Sin ti, tal vez yo no estaría en el Carmelo...!
Mucho tiempo ha pasado desde aquellas horas felices que vivimos en nuestro dulce nido... Jesús ha venido a visitarnos... Y nos ha hallado dignas de pasar por el crisol del sufrimiento...
Antes de mi entrada en el Carmelo, nuestro incomparable padre decía al entregarme a Dios: «Quisiera tener algo mejor que ofrecer a Dios». Jesús ha escuchado su oración: ese algo mejor era ¡él mismo...! ¡Qué alegría por un instante de sufrimientos...!
Es el Señor quien lo ha hecho..., y el Señor ama a papá incomparablemente más de lo que le amamos nosotras: Papá es el hijito de Dios; y Dios, para ahorrarle grandes sufrimientos, ¡quiere que suframos nosotras por él...! ¡A nosotras nos toca darle las gracias...!
León querido, la vida pasará muy pronto. En el cielo nos dará completamente igual ver que todas las reliquias de los Buissonnets hayan sido desparramadas (3). ¿Qué importa la tierra...?
Tu hijita, a quien tú educaste...,
Sor Teresa del Niño Jesús de la Santa Faz
NOTAS Cta 91
1 El pobre corderito es Teresita, su hermana es el León, como la llamaba ella cariñosamente. Sor María del Sagrado Corazón (su hermana María) le había escrito: «Unas palabritas para tu pobre hermana mayor. Sor María de los Angeles me ha dado permiso. Consuélame un poco. A pesar de todo, mi corazón está muy triste cuando pienso en nuestro querido papaíto» (LC 112).
2 Cf Ms A 33rº.
3 Estaban comenzando a dispersar el mobiliario de los Buissonnets, ya inútil. Ver CG p. 484+d.
Fuente: Obras completas, santa Teresa de Lisieux
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