Jesús +
Querida Celina:
¡Si supieras qué hondo le has llegado al corazón de tu Teresa...! Tus macetas (1) son realmente PRECIOSAS, ¡NO SABES cómo me han gustado...!
Celina, tu carta me ha gustado mucho, muchísimo. He sentido hasta qué punto nuestras almas están hechas para comprenderse, para marchar por el mismo camino... La vida... Es cierto que, para nosotras, no tiene ya el menor encanto... Pero me equivoco: es verdad, los atractivos del mundo se han desvanecido para nosotras, pero eso es humo..., y nos queda la realidad.
Sí, la vida es un tesoro..., cada instante es una eternidad, una eternidad de gozo para el cielo: ¡una eternidad ver a Dios cara a cara y ser una sola cosa con él...! No hay más que Jesús, todo lo demás no existe... Amémosle, pues hasta la locura, salvémosle almas.
Sí, Celina, siento que Jesús nos pide a nosotras dos que apaguemos su sed dándole almas, sobre todo almas de sacerdotes.
Siento que Jesús quiere que yo te diga esto, porque nuestra misión es olvidarnos de nosotras mismas, anonadarnos..., ¡somos tan poca cosa...! Y no obstante, Jesús quiere que la salvación de las almas dependa de nuestros sacrificios y de nuestro amor. Él nos mendiga almas.
¡Comprendamos su mirada!, ¡son tan pocos los que saben comprenderla! Jesús nos concede la gracia insigne de instruirnos él mismo, de revelarnos una luz escondida... Celina..., la vida será corta, la eternidad sin fin... Hagamos de nuestra vida un sacrificio continuado, un martirio de amor, para consolar a Jesús.
Él no quiere más que una mirada, un suspiro, ¡pero una mirada y un suspiro que sean sólo para él...! Que todos los instantes de nuestra vida sean sólo para él. Que las criaturas sólo nos rocen al pasar...
Sólo tenemos que hacer una cosa durante la noche, la única noche de la vida, que no vendrá más que una vez: amar, amar a Jesús, con todas las fuerzas de nuestro corazón y salvarle almas para que sea amado... ¡Sí, hacer amar a Jesús! Celina, ¡qué a gusto hablo contigo...! Es como si hablase con mi propia alma... Celina, me parece que a ti te lo puedo decir todo...
(Gracias de nuevo por tus lindas macetas. El Niño Jesús tiene un aire radiante por estar tan bien adornado.)
Sor Teresa del Niño Jesús de la Sta. Faz.
NOTAS
1 Una macetas para estatua del Niño Jesús.
Fuente: Obras completas, santa Teresa de Lisieux, cartas.
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