miércoles, 1 de agosto de 2018

ADORNADA DE LIRIOS PARA JESÚS, CARTA 73


A la señora de Guérin

J.M.J.T. 

Jesús + 2 de enero de 1889 

Querida tía: 

¡Su hijita está en el colmo de su alegría...! ¡Qué buena es usted con ella! Realmente, es demasiado... ¿Cómo se lo podré agradecer...? Pero ¿acaso una madre no sabe leer en el corazón de su hijita? Por eso, no quiero preocuparme, segura de que usted adivinará mi gratitud. 

Los lirios son PRECIOSOS, se diría que acaban de ser cortados. ¡Qué buenas son mis hermanitas al regalármelos! Será para mí una gran alegría, el día de mi toma de hábito, pensar que son ellas quienes me han engalanado para ir al encuentro de mi divino prometido. Esas flores hablarán por ellas a Jesús, quien, estoy segura, las colmará de sus gracias, y a usted también, querida tía. 
 

¡Si supiera qué feliz me sentí de recibir el enorme jugo de manzana para ofrecérselo a nuestra Madre! Es todo un retrato de mi tía querida, que busca siempre lo que más gusto pueda darle a su hijita. Y no fue menor mi alegría al ver el hermoso paquete de alajú (1).
Me sentí muy orgullosa en el refectorio cuando nuestra Madre dijo a la comunidad que usted nos había hecho ese regalo en honor de mis 16 años. 

Gracias, querida tía, ¡si supiera qué buena me parece! El día de mi toma de hábito rezaré mucho por usted, y también por mi querido tío, a quien doy las gracias de todo corazón, pues sé que también él me ha hecho todos esos regalos tan hermosos que he recibido esta tarde. 

A nuestra Madre le parece muy bonita la corona, lo mismo que a toda la comunidad. Nunca he visto unas flores que me hayan gustado tanto, ¡son tan puros los lirios! Quisiera que mi alma estuviese adornada toda ella de lirios para ir al encuentro de Jesús, pues no basta con llevarlos sólo en el pelo: lo que los ojos de Jesús miran siempre es el corazón... 

Adiós y gracias, querida tía. Rece para que su hijita esté tan bien adornada en lo interior como lo va a estar en lo exterior... 

Sor Teresa del Niño Jesús 




NOTAS 
 
1 «Pasta de almendras, nueces y, a veces, piñones, pan rallado y tostado, especia fina y miel bien cocida». N. del T.  

Fuente: Obras completas, santa Teresa de Lisieux, cartas.

 

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