domingo, 30 de diciembre de 2018

CONFESIÓN CON EL PADRE PICHÓN (PRIMEROS AÑOS EN EL CARMELO, 1888/1890) MANUSCRITO A

Esto es tan verdad, que dos meses después de mi entrada, cuando vino el P. Pichon para la profesión de sor María del Sagrado Corazón, se quedó sorprendido al ver lo que Dios estaba obrando en mi alma, y me dijo que, la víspera, al verme hacer oración en el coro, mi fervor le pareció totalmente infantil y muy dulce mi camino.
 

Mi entrevista con el Padre fue para mí un consuelo muy grande, aunque velado por las lágrimas a causa de la dificultad que encontré para abrirle mi alma. 

TERESITA DE NOVICIA

Hice, no obstante, una confesión general, como nunca la había hecho. Al terminar, el Padre me dijo estas palabras, las más consoladoras que jamás hayan resonado en los oídos de mi alma: «En presencia de Dios, de la Santísima Virgen y de todos los santos, declaro que nunca has cometido ni un solo pecado mortal». Y luego añadió: Da gracias a Dios por todo lo que hace por ti, pues, si te abandonase, en vez de ser un pequeño ángel, serías un pequeño demonio.

¡No, no me costó nada creerlo! Sabía lo débil e imperfecta que era. Pero la gratitud embargaba mi alma. Tenía tanto miedo de haber empañado la vestidura de mi bautismo, que una garantía como aquélla, salida de la boca de un director espiritual como los quería nuestra Madre santa Teresa -es decir, que uniesen la ciencia y la virtud (1), me parecía como salida de la misma boca de Jesús... 

El Padre me dijo también estas palabras que se me grabaron dulcemente en el corazón: «Hija mía, que Nuestro Señor sea siempre tu superior y tu maestra de novicias». 



NOTAS

(1)  Camino de perfección, VI. [Así se dice en la edición francesa. La cita exacta es, más bien, Camino de perfección, 5,2. N. del T.] 

Fuente: Historia de un alma, autobiografía de santa Teresa de Lisieux
 

1 comentario:

  1. Me encantó la pequeña parte de su vida, y sobre todo también se Lee fácil con la letra grande espero la parte que siga con ansias

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