Jesús + El Carmelo, 13 de agosto de 1893
Querida Leonia:
¿Piensas, tal vez, que tu Teresa te tiene olvidada? ¡En absoluto! Tú conoces demasiado bien su corazón para pensar eso. Me habría gustado escribirte al mismo tiempo que nuestra Madre y que sor María del Sagrado Corazón, pero hubo un malentendido y su carta salió antes de lo que yo pensaba. Hoy voy a desquitarme pasando un rato contigo.
LEONIA, HERMANA DE TERESITA |
¡Si supieras, querida hermanita, las acciones de gracias que elevo al cielo por el don que Dios te ha concedido! Por fin tus deseos se han realizado. Como la paloma que salió del arca, tampoco tú podías hallar sobre la tierra del mundo un lugar donde posar el pie, y volaste durante mucho tiempo tratando de entrar en la mansión bendita donde tu corazón había fijado para siempre su morada. Jesús se hizo esperar, pero al fin los gemidos de su paloma lo conmovieron, extendió su mano divina y, tomando a su prometida, la colocó sobre su corazón, en el tabernáculo de su amor.
Se ha realizado así ya la predicción de nuestra santa tía (1). La hija de la beata Margarita María (2) está en la Visitación y será ya para siempre la esposa de Nuestro Señor.
Claro, que mi alegría es completamente espiritual, pues ya no volveré a ver aquí en la tierra a mi querida Leonia, ya no volveré a escuchar su voz ni a desahogar mi corazón en el suyo... Pero sé que la tierra es el lugar de nuestro destierro, somos viajeras que caminamos hacia la patria. ¿Qué importa la ruta que seguimos no sea la misma, si nuestra meta común es el cielo? Allí nos reuniremos para no separarnos jamás. Allí saborearemos eternamente las alegrías de la familia, volveremos a encontrar a nuestro padre querido, aureolado de gloria y honor por su fidelidad a toda prueba y sobre todo por las humillaciones en las que fue abrevado; veremos a nuestra madre, que se alegrará de las tribulaciones que fueron nuestra heredad durante del destierro de la vida, gozaremos de su dicha al contemplar a sus cinco hijas religiosas, y con los cuatro angelitos que nos esperan allá arriba formaremos una corona que ceñirá para siempre la frente de nuestros padres queridos.
LA FAMILIA DE SANTA TERESITA AL COMPLETO, INCLUYENDO A SUS HERMANITOS
QUE PARTIERON PARA EL CIELO SIENDO MUY PEQUEÑOS.
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Te ruego, querida Leonia, que des mis respetuosos saludos a tu Reverenda Madre, hacia la que conservo un afecto muy filial desde el día que tuve el honor de conocerla (3). ¿No pertenezco yo ya también un poco a su familia, al ser tú su hija y yo tu indigna hermanita...?
Nuestra Madre, la madre María de Gonzaga y sor María del Sagrado Corazón presentan también sus respetuosos saludos a la Madre superiora, y envían a su querida Leonia sus mejores deseos de felicidad.
No olvides en tus oraciones, querida hermana, a la más pequeña de las carmelitas, que tan unida está contigo en el corazón de la Santísima Virgen.
Sor Teresa del Niño Jesús de la Santa Faz rel. carm. ind.
NOTAS
(2) Alusión a la curación de Leonia, cuando era niña, después de una novena que sor María Dositea hizo a la beata Margarita María, en marzo de 1865.
(3) La madre María de Sales Lefrançois, a quien Celina y Teresa habían conocido con ocasión de una visita que hicieron a Leonia durante su primera estancia en la Visitación (julio de 1887-enero de 1888).
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