viernes, 29 de noviembre de 2019

COMO LA SANTÍSIMA VIRGEN



Era indiferente a lo que se pensaba de ella, hasta cuando las demás se desedificaban de alguna apariencia. 

Por eso, al principio de su enfermedad, viéndose obligada a ir a tomar medicinas algunos minutos antes de la comida, una Hermana anciana se sorprendió de ello, y se quejó, pareciéndole que faltaba a la observancia regular. 

Sor Teresa del Niño Jesús no habría necesitado más que decir una palabra para excusarse y devolver la calma a aquella Hermana. Sin embargo, se guardó bien de hacerlo, tomando como ejemplo la conducta de la Santísima Virgen, que prefería dejarse difamar antes que excusarse ante san José. Ella me hablaba muchas veces de esta conducta, tan sencilla y tan heroica.        

A imitación de María, su gran táctica era el silencio. Gustaba de «guardar todas las cosas en su corazón», tanto sus alegrías como sus penas. Esta reserva constituyó su fuerza y el punto de arranque de su perfección, algo así como su sello exterior, pues era notable sobre toda ponderación. 



Fuente: Consejos y recuerdos (Recogidos por Sor Genoveva de la Santa Faz, Celina)
 
 

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