miércoles, 11 de septiembre de 2019

PADRE ETERNO, YA QUE ME HAS DADO


 
»Así como en un reino con la efigie del príncipe se obtiene todo lo que se desea, así también con la moneda preciosa de mi santa humanidad, que es mi Faz adorable, obtendréis cuanto queráis <1>». 

(N.S. Jesucristo a sor María de San Pedro)





Padre eterno, ya que me has dado por herencia la Faz adorable de tu divino Hijo, yo te la ofrezco, y te pido, a cambio de esta Moneda infinitamente preciosa, que olvides las ingratitudes de las almas que se han consagrado a ti y que perdones a los pobres pecadores.



NOTAS:

<1> Transcripción simplificada de unas palabras interiores que escuchó sor María de San Pedro (el 28/10/1845), citadas en su Vie, p. 234, y que se convirtieron en la séptima de las «Promesas de Nuestro Señor» a quien honrare su Santa Faz. Varias de las expresiones que utiliza Teresa en este registro de su Breviario provienen de esta fuente («Padre eterno», imprimir... su divina semejanza»).

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