J.M.J.T.
Jesús + 2 de mayo, Fiesta del Buen Pastor, de 1897
Queridísima hermana:
Seguro que le va a sorprender mucho recibir carta mía. Para que me perdone que vaya a turbar el silencio de su soledad, le diré a qué se debe que tenga el gusto de escribirle.
La última vez que tuve conferencia espiritual con nuestra madre, hablamos de usted y de ese querido Carmelo de Saigón. Y nuestra Madre me dijo que, si quería, podía escribirle. Acepté esta proposición con alegría y aprovecho la licencia (1) del Buen Pastor para conversar un momento con usted.
Espero, querida hermana, que no me haya olvidado; yo me acuerdo mucho de usted, recuerdo feliz los años que pasé en su compañía, y usted sabe que para una carmelita recordar a una persona a la que ama es orar por ella.
Pido a Dios que la llene de sus gracias y que aumente cada día en su corazón su santo amor, aunque no dudo que usted posee ya ese amor en un grado eminente. El ardiente sol de Saigón no es nada en comparación con el fuego que arde en su alma.
Por favor, hermana, pida a Jesús que yo también le ame y le haga amar. Quisiera amarle, no con un amor normal y corriente, sino como los santos, que hacían locuras por él. ¡Pero qué lejos estoy de parecerme a ellos...! Pídale también a Jesús que yo haga siempre su voluntad; por hacerla, estoy dispuesta a atravesar el mundo (2)..., ¡estoy dispuesta incluso a morir!
El silencio (3) va a terminar de un momento a otro, tengo que poner fin a mi carta y veo que aún no le he dicho nada interesante; por suerte, están ahí las cartas de nuestras Madres, que le darán todas las noticias de este nuestro Carmelo. Nuestra licencia ha sido muy corta, pero si no le molesta, ya iré otro día a pasar un rato más largo con usted.
Querida hermana, dé mis filiales y respetuosos saludos a la Reverenda Madre (4). No me conoce, pero yo oigo hablar mucho de ella a nuestra Madre, la quiero y pido a Jesús que la consuele en sus trabajos.
La dejo ya, querida hermana, quedando muy unida a usted en el Corazón de Jesús. En él me siento feliz de llamarme siempre
Su más pequeña hermanita,
Teresa del Niño Jesús de la Santa Faz
rel. carm. ind.
NOTAS:
1 Día de recreo extraordinario durante el cual las hermana tenían permiso -«licencia»- para hablar libremente unas con otras.
2 «Para ir a Cochinchina»; cf CA 21/26.5.2.
3 Hora de siesta libre, desde mediodía hasta la 1 en verano.
4 Madre María de Jesús, que había sucedido a la madre Filomena de la Inmaculada Concepción, fundadora procedente de Lisieux en 1861.
Fuente: Obras completas, santa Teresa de Lisieux, cartas.
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