miércoles, 11 de septiembre de 2019

AL NIÑO JESÚS


 Yo soy Jesús de Teresa <1> 
 
IMÁGEN DEL NIÑO JESÚS EN EL CARMELO DE LISIEUX

¡Niñito Jesús <2>!, mi único tesoro, 
yo me abandono a tus divinos caprichos, y no quiero otra alegría que la hacerte sonreír. 
Imprime en mí tu gracia <3> 
y tus virtudes infantiles, 
para que en el día de mi nacimiento para el cielo, los ángeles 
y los santos reconozcan en mí a tu pequeña esposa,

Teresa del Niño Jesús

 


NOTAS
 


<1> Es la respuesta del «niño» que un día encontró Teresa de Avila en un claustro; cf OTILIO RODRIGUEZ, Leyenda áurea teresiana, Madrid, Espiritualidad, 1970, p. 2.


<2> Teresa tiene ante los ojos un Niño Jesús de uno doce años. Con el dedo índice izquierdo muestra su corazón y con el derecho apunta hacia el cielo; este detalle conmueve a Teresa en plena prueba de la fe. Lo seguirá teniendo ante los ojos en la enfermería; cf CA 25.7.4.


<3> Expresión sacada del Cántico espiritual: «Cuando tú me mirabas, / su gracia en mí tus ojos imprimían...» Es sabido cuánto le gustaban a Teresa estas estrofas (canciones 32, 33 y 36). Una vez más hay que señalar la gran importancia de san Juan de la Cruz en el itinerario espiritual de Teresa en este verano de 1896. Es ésta, en efecto, la cuarta vez que se inspira en los pensamientos del Santo para actualizar imágenes del breviario: Glosa a lo divino (P 19); Cta 188, estampa con una imagen del Santo y varios pensamientos de él al dorso; la Consagración a la Santa Faz (Or 12); y este registro.



 


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