Escóndeme, Señor, en el secreto de tu Rostro...
Sor C. Genoveva de Sta. T. - María de la Santa Faz.
Sor L. J. María de la Trinidad y de la Santa Faz.
Sor María F. T. del N. Jesús y de la Santa Faz <1>.
SANTA FAZ DE TOURS |
Consagración a la Santa Faz
¡Oh Faz adorable de Jesús!, ya que has querido elegir nuestras almas de manera especial para entregarte a ellas, venimos a consagrarlas a ti... Nos parece, Jesús, oír que nos dices: «Abridme, hermanas mías, esposas mías queridísimas, que tengo la Faz cubierta de rocío y los cabellos del relente de la noche». Nuestras almas comprenden tu lenguaje de amor, nosotras queremos enjugar tu dulce Faz y consolarte del olvido de los malvados. A sus ojos, tú estás todavía escondido, te consideran como objeto de desprecio...
¡Oh Faz más bella que los lirios y las rosas de primavera <4>, tú no estás escondida a nuestros ojos... Las lágrimas que velan tu mirada divina nos parecen diamantes preciosos que queremos recoger para con su valor infinito comprar las almas de nuestros hermanos.
De tu boca adorada hemos escuchado la amorosa queja. Y sabiendo que la sed <5> que te consume es una sed de amor, quisiéramos, para poder apagártela, poseer un amor infinito... Esposo amadísimo de nuestras almas, si tuviésemos el amor de todos los corazones, todo ese amor sería para ti... Pues bien, danos tu ese amor y ven a apagar tu sed en tus pobres esposas...
Almas, Señor, tenemos necesidad de almas <6>..., sobre todo de almas de apóstoles y de mártires, para que gracias a ellas podamos iluminar con tu Amor a la multitud de los pobres pecadores.
¡Oh Faz adorable, lograremos alcanzar de ti esta gracia!
Olvidándonos de que estamos desterradas junto a los canales de Babilonia, te cantaremos al oído las más dulces melodías, y como tú eres la verdadera, la única Patria de nuestros corazones, esos nuestros cantos no serán cantados en tierra extranjera.
¡Oh Faz adorada de Jesús!, mientras esperamos en día eterno en que contemplaremos tu gloria infinita, nuestro único deseo es hechizar tus divinos ojos escondiendo también nosotras nuestro rostro para nadie aquí en la tierra pueda reconocernos...
Tu mirada velada: he ahí nuestro cielo <7>, Jesús.
Firmado:
T. del N. Jesús
y de la Santa Faz.
M. de la Trinidad y de la Santa Faz
G de Sta. T. María de la Santa Faz
NOTAS:
Doc.: autógrafo. - Fecha: 6 de agosto de 1896. - Compuesto para: ella misma, sor Genoveva y sor María de la Trinidad. - Publ.: HA 98, pp. 160-161, sin el rº; para éste último: Mss I, pp. 20s. - Las palabra en cursiva fueron escritas por Teresa con tinta roja.
Esta oración fue compuesta para el 6 de agosto, fiesta de la Transfiguración. Teresa eligió esta fecha para consagrarse solemnemente a la «Faz adorable de Jesús» junto con sus compañeras de noviciado que llevaban el nombre «de la Santa Faz». Una primera versión, con importantes variantes aparece reproducida en Prières, pp. 124s. - La oración está escrita al dorso de un cartoncito de 13 por 9 cm. En el anverso, una reproducción de la Santa Faz de Tours, rodeada de tres medallones ovales dispuestos en semi-corona, y dentro de ellos las fotografías de las firmantes cuyos nombres se reproducen.
<1> Teresa pone las iniciales de los nombres de pila de cada una de ellas: «C» para sor Genoveva (Celina); «L. J.» (Luisa Josefina) para María de la Trinidad; «María F.» (María Francisca) para sí misma. Sor Genoveva de Santa Teresa se llamaba originariamente «María de la Santa Faz» (cf Cta 174), y sor María de la Trinidad «María Inés de la Santa Faz» (cf PN 11 y 12). Esta última tenía desde la infancia una marcada devoción a la Santa Faz. Teresa fue la primera carmelita de Lisieux que llevó el «título de nobleza» (cf Cta 118) «de la Santa Faz», así como también el «del Niño Jesús».
<2> SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico Espiritual, B, 29,1. Es la primera vez que esta cita aparece en los Escritos. Se repetirá en Ms B 4vº; Cta 221 y 245.
<3> ID., Llama de amor viva, canción 1, n. 28. (Teresa señalará este pasaje con una cruz a lápiz, ya en la enfermería, en 1897; cf UC, pp. 419-420). Hay que hacer notar que si Teresa no cita estas palabras del Santo hasta 1896-1897, sí las está viviendo ya desde hace años; cf CA 27.7.5.
<4> Teresa se inspira aquí en las Letanías de la Santa Faz: «¡Oh Faz adorable, más fresca que las rosas de primavera!».
<5> Este versículo (Jn 19,28) está en el origen del ardor apostólico de Teresa; cf Ms A 45vº, 46vº. Algunas semanas más tarde, en el Manuscrito B (8/9/96), esta dimensión apostólica se expresará en su dimensión universal. Cf también P 20+.
<6> La mayor parte de los libros de oraciones de Tours proponen un «Grito de amor» en el que se lee: «¡Almas! ¡Almas! ¡Tenemos necesidad de almas!».
<7> Este final es como un eco de P 12: Mi cielo en la tierra (12 de agosto de 1895) y de P 21: Mi cielo (7 de junio de 1896); entre estas dos poesías se sitúa la entrada de Teresa en la noche de la fe.
Fuente: Obras Completas, santa Teresa de Lisieux, oraciones.
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