sábado, 21 de julio de 2018

NOTAS DE UN RETIRO QUE HIZO SANTA TERESITA Y TESTAMENTOS ESPIRITUALES



Primavera (?) de 1889. Notas del retiro (P. Pichon). Copia

Teresa copió en limpio, de su propia mano, varios extractos de dos retiros del P. Pichon: octubre de 1887 y mayo de 1888.
 

«La caridad, dice san Alfonso María de Ligorio, consiste en soportar a los que nos resultan insoportables». 

Cuando los santos estaban a los pies de N.S., era cuando encontraban la cruz.


LA SANTIDAD
Es más heroica, más sublime, pero está también más a nuestro alcance. Consiste en gemir, en sufrir y en tener paciencia en nuestras miserias...

«Todos, dice el P. (de) Ravignan, tenemos distracciones en la oración; apenas si podemos, durante un minuto, rezar un Ave María, ni guardar la presencia de Dios. Para ello se necesita valor y una santa energía...

¡La santidad! Hay que conquistarla a punta de espada. Es necesario sufrir..., es necesario agonizar. 

 
Jesús sufrió con tristeza... ¿Podrá sufrir el alma sin tristeza...?

¡Los mártires sufrieron con alegría... y el Rey de los mártires sufrió con tristeza...! Y la primera palabra de su agonía fue: «¡Me muero de tristeza!» ¡N.S. tiene miedo a su cáliz amargo, tiene miedo de su santa vocación...! Esos miedos que me conturban puedo, pues, ofrecérselos... Nuestro Señor se conturba, tiene miedo... No conserva la sangre fría... ¡No permanece impasible...! Y yo me reprocho mis turbaciones..., mientras que Jesús me enseña que son meritorias... Jesús... siente rechazo... Siente rechazo y repugnancia ante su vocación sagrada... y su sangre fluirá de todos sus miembros como prueba de ese rechazo y de esas repugnancias... ¿Y me extraño yo de experimentar repugnancia ante las angustias de la naturaleza...? 
N.S. llega hasta el tedio, un sentimiento bien bajo en un alma generosa... Suprimamos los tedios y los sentimientos de abandono..., ¿y dónde quedarán nuestras pruebas? Y yo creía que no había que sufrir pobremente, miserablemente... «¡Dios nos libre, decía un santo, de sufrir noblemente, reciamente, generosamente!» Sin esta cruz íntima del desaliento, no lo olvidemos, todas las demás no serían nada... 


ABANDONO
¡Ensanchad el corazón...! ¡Dilatad vuestra alma...! «Amad a Jesús con locura, decía el P. de Ponlevoy, y para escapar de su brazo ¡arrojaos en su corazón...! ¡El camino de la conciencia no es el camino del corazón...!» 

 «Que Dios, dice el bondadoso san Francisco de Sales, que Dios sea en adelante el Dios de vuestro corazón, y no el Dios de vuestra conciencia, de vuestra inteligencia, de vuestra voluntad... ¡Los homenajes de vuestra conciencia y de vuestro respeto...! ¡Dios está ya harto de ellos...!

«Cuando en un corazón anida el fuego del amor, todos los muebles vuelan por las ventanas».

No seáis, pues, esclavos, haceos niños... Ocupad vuestro lugar en el corazón de vuestro Esposo... ¡En Dios, estáis en vuestra casa...!

San Francisco de Sales decía: «Ponedle buena cara a vuestra alma, dirigidle una sonrisa, una palabra amable». «¡Corazón mío, amigo del alma, caminemos juntos! ¡En nombre de Dios, ten ánimo...!» Tened paciencia con Dios, pero ¡tened paciencia con vosotros mismos! Tenemos que animarnos a nosotros mismos, y mientras nos animemos, no cosecharemos más que valentía... ¡Hay que ser grande con uno mismo...! 

Una gran pobreza espiritual bien aceptada es un gran tesoro.
 
24 de noviembre de 1891. 
Testamento espiritual de san Juan de la Cruz
 
Hija mía, a ti te dejo mis desasimiento interior. El alma que quiere poseer a Dios por entero debe renunciar a todo para darse por entero a este gran Dios... 

SAN JUAN DE LA CRUZ

19 de marzo de 1892. 
Testamento de san José

Hija mía, a ti te dejo las llamas divinas que el santo Niño encendió con su hermosura en mi corazón, que se convirtió así en una hoguera y en un horno del más tierno y puro amor. Tú participarás de él en la medida en que no tengas ningún apego a las cosas creadas. Si tu corazón está completamente desnudo y purificado, le servirá de lecho al santo Niño Jesús, que descansará santamente en él...  



19 de marzo de 1892

1892-1893. Consejo espiritual. Nota.

Respuesta, sin duda, que le dio en el confesonario el confesor extraordinario -desde comienzos de 1892, el abate Baillon-, cuando Teresa sufría aún de escrúpulos (cf CG, p. 678+e).

J.M.J.T.

Si usted no actúa contra su conciencia, aun cuando en ello haya pecado, usted no pecará. (El Sr. abate Baillon.) 

Fuente: Obras completas, santa Teresa de Lisieux, escritos varios.


 

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