martes, 3 de julio de 2018

NO HAY QUE DAR IMPORTANCIA A LA OPINIÓN DE LAS CRIATURAS

Escucha una historia muy divertida: Un día, después de mi toma de hábito, sor San Vicente de Paúl me encontró en la celda de nuestra Madre y exclamó: «¡Pero qué cara de bienestar! ¡Qué fuerte está esta chica! ¡Y qué gorda!». Yo me fui toda confusa por el cumplido, cuando hete aquí que sor Magdalena me para delante de la cocina y me dice: «¡Pero en qué te estás convirtiendo, mi pobrecita sor Teresa del Niño Jesús! ¡Estás adelgazando a ojos vista! A ese paso, con ese semblante que hace temblar a cualquiera, no podrás guardar mucho tiempo la Regla». Yo no salía de mi asombro al escuchar, una tras otra, opiniones tan opuestas. 

SANTA TERESITA CON SU COMUNIDAD DEL CARMELO DE LISIEUX

Desde aquel momento, dejé de prestar la menor importancia a la opinión de las criaturas, y esta impresión se ha desarrollado en mí de tal manera, que actualmente tanto las censuras como los elogios resbalan sobre mí sin dejar la menor huella.  

Fuente: Obras completas, santa Teresa de Lisieux, últimas conversaciones



 

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