miércoles, 11 de julio de 2018

NADA MÁS QUE DIOS, CARTA DE SANTA TERESITA A SU TÍA POR MOTIVO DE LA MUERTE DE UN FAMILIAR, CARTA 60


A la señora de Guérin 

Jesús + J.M.J.T. 

El Carmelo, 28 de agosto de 1888,  6 de la mañana 

Querida tía: 
 

Ayer tarde nos enteramos de la muerte del señor David. Aunque esperábamos recibir en cualquier momento la triste noticia, me conmoví mucho al saber el desenlace. 
Ruego a Dios que acoja en su paraíso a esa alma tan santa; tal vez esté ya allí, pues con unas disposiciones tan perfectas como las suyas se puede ir derecho al cielo. 

Pido a Dios, querida tía, que derrame en su alma el consuelo. Ya se mostró muy bondadoso al escuchar todas las oraciones que ustedes le dirigieron para ofrecerle el alma de su querido pariente. Si desde lo hondo de su soledad, su hijita pudiese esperar haber tenido una pequeña parte en ello, se sentiría muy dichosa. 

Pienso, querida tía, que en los momentos de gran tristeza necesitamos de mirar al cielo; allí, en lugar de llorar, todos están alegres porque nuestro Señor posee un elegido más, un nuevo sol1 ilumina con sus rayos a los ángeles del cielo, todos viven ya el rapto del éxtasis divino y se extrañan de que nosotros podamos llamar muerte al comienzo de la vida. 

Para ellos, nosotros estamos en un estrecho sepulcro, mientras que su alma puede trasladarse hasta el confín de las «playas celestes, de horizontes infinitos» (1)... Querida tía, cuando se piensa en la muerte del justo, no se puede por menos de envidiar su suerte. Para él ya no existe el tiempo del destierro; para él ya no hay más que Dios, nada más que Dios. 

¡Cuántas cosas, querida tía, tendría para decirle esta su hijita! ¡Piensa tanto, tanto, su corazón! Esta mañana está toda ella perdida en la inmensidad y en la añoranza de la muerte de los santos. Pero me falta tiempo para terminar este borrador, y tengo que cortar, porque la campana acaba de advertirme que es hora de terminar. Ofrezco este pequeño sacrificio a Jesús, para que se digne consolarles con su mano bondadosa. 

 Su hijita, que está con el corazón cerca de usted y de sus queridas hermanitas (2)

Teresa del Niño Jesús p.c.ind. 

 


NOTAS 

1 Lamennais, Une voix de prison. A la señora de Martin le gustaba citar este texto.  

2 Sus primas Juana y María Guérin. 


Fuente: Obras completas, santa Teresa de Lisieux, cartas.

 

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