Si Dios me dijera: Si mueres ahora, tendrás una gloria muy grande; si mueres a los 80 años, la gloria será mucho menor, pero eso me agradará mucho más, no dudaría en responder: "Dios mío, quiero morir a los 80 años, pues no busco mi gloria, sino tan sólo agradarte a ti.
Los grandes santos trabajaron por la gloria de Dios, pero yo, que no soy más que un alma muy pequeña, sólo trabajo por complacerle, y me sentiría feliz de soportar los mayores sufrimientos aunque sólo fuese para hacerle sonreír una sola vez.
Fuente:
Obras completas, santa Teresa de Lisieux
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