lunes, 21 de mayo de 2018

CÓMO VENCIÓ SANTA TERESITA LA TENTACIÓN DE NO OBEDECER CUANDO UNA HERMANA LE MANDÓ ALGO QUE NO LE CORRESPONDÍA MANDAR


Su hermana Paulina (Madre Inés), dice:
Me contó (santa Teresita) que en una ocasión había tenido que librar un duro combate interior a propósito de una lamparilla que tenía que preparar para la familia de la madre María de Gonzaga que acababa de llegar de improviso a dormir en la casa de las hermanas torneras.

La lucha fue tan violenta, y le venían tales pensamientos contra la autoridad, que para no sucumbir hubo de implorar insistentemente la ayuda de Dios. Al mismo tiempo, se aplicaba lo mejor que podía a lo que le habían encomendado. Era durante el silencio nocturno. Ella era la portera, y sor San Rafael su primera de oficio. 

Para vencerme, pensé que estaba preparando la lamparilla para la Santísima Virgen y el Niño Jesús. Entonces, lo hice con increíble esmero, no dejando ni una sola mota de polvo, y poco a poco fui sintiendo un gran sosiego y una gran calma interior.




Tocaron a Maitines y no pude ir enseguida, pero me sentía en una tal disposición interior, había recibido una gracia tan grande, que si la hermana San Rafael, por ejemplo, hubiese venido a decirme que me había equivocado de lámpara y que había que preparar otra, la habría obedecido con la mayor alegría. A partir de aquel día, hice el propósito de no pararme nunca más a pensar si lo que me mandaban me parecía útil o no. 

Fuente:
Obras completas, santa Teresa de Lisiueux,  últimas conversaciones.

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