Podría creerse que si tengo una confianza tan grande en Dios es porque no he pecado.
Madre mía, di muy claro que, aunque hubiera cometido todos los crímenes posibles, seguiría teniendo la misma confianza;
sé que toda esa multitud de ofensas sería como una gota de agua arrojada en una hoguera encendida.
Y luego cuenta la historia de la pecadora convertida que murió de amor. Las almas comprenderán enseguida, pues es un ejemplo palpable de lo que quiero decir. Pero estas cosas no pueden explicarse.
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Este es el dato que me dictó textualmente:
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Este es el dato que me dictó textualmente:
«Se cuenta en la vida de los Padres del desierto que uno de ellos convirtió a una pecadora pública cuyos desórdenes escandalizaban a toda la comarca.
Esta pecadora, tocada por la gracia, seguía al santo al desierto para hacer allí una rigurosa penitencia, cuando, la primera noche del viaje, antes incluso de haber llegado al lugar de su retiro, sus lazos mortales se rompieron por la impetuosidad de su arrepentimiento lleno de amor, y en aquel mismo instante el solitario vio cómo su alma era llevada por los ángeles al seno de Dios.
Este es un ejemplo palpable de lo que quiero decir, pero estas cosas no pueden explicarse...».
Fuente: Obras completas, últimas conversaciones, santa Teresa de Lisieux
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