No sentí la menor pena al dejar Alençon;
a los niños les gustan los cambios, y vine contenta a Lisieux (1).
Me acuerdo del viaje y de la llegada al anochecer a la casa de mi tía. Aún me parece estar viendo a Juana y a María esperándonos a la puerta... Me sentía muy feliz de tener unas primitas tan buenas. Las quería mucho, lo mismo que a mi tía y, sobre todo, a mi tío; sólo que él me daba miedo y no me hallaba tan a gusto en su casa como en los Buissonnets (2), donde mi vida sí que fue verdaderamente feliz...
Por la mañana, tú te acercabas a mí, preguntándome si había ofrecido ya mi corazón a Dios; luego me vestías, hablándome de él, y a continuación rezaba mis oraciones a tu lado.
Después venía la clase de lectura.
La primera palabra que logré leer sola fue ésta: «cielos». Mi querida madrina se encargaba de las clases de escritura, y tú, Madre, de todas las demás. No tenía gran facilidad para aprender, pero sí buena memoria. El catecismo, y sobre todo la Historia Sagrada, eran mis asignaturas preferidas, las estudiaba con verdadero placer; en cambio la gramática me hizo derramar muchas lágrimas... ¿Te acuerdas del masculino y el femenino?
En cuanto terminaba la clase, subía al mirador (3) para llevarle a papá mi condecoración y mis notas. ¡Qué feliz me sentía cuando podía decirle: DE CAMINO A LOS BUISSONNETS |
«Tengo un 5 sin excepción, Paulina lo dijo la primera...!» Pues cuando te preguntaba yo si tenía 5 sin excepción y tú me contestabas que sí, era para mí como obtener un punto menos. También me dabas vales, y cuando había reunido un cierto número de ellos conseguía un recompensa y un día de asueto. Recuerdo que esos días se me hacían mucho más largos que los otros, cosa que a ti te agradaba pues era señal de que no me gustaba estar sin hacer nada.
NOTAS:
(1) El 15/11/1877. El señor Martin había decidido vivir en Lisieux para acercar a sus hijas a su familia materna: el señor Guérin y su esposa, y sus dos hijas, Juana y María. Isidoro Guérin tenía una farmacia en la plaza de San Pedro. El en persona vino a buscar a sus sobrinas.
(2) La HA precisa: «Al día siguiente nos llevaron a nuestra nueva casa, quiero decir a los Buissonnets, un barrio solitario situado muy cerca del precioso paseo llamado "Jardín de la Estrella». La casa me pareció encantadora: un mirador, desde donde se extendía la vista hasta muy lejos, un jardín inglés delante de la fachada, otra huerta grande detrás de la casa. Todo aquello era una hermosa novedad para mi joven imaginación. Y en efecto, esta risueña morada se convirtió en escenario de muchas y gratas alegrías y de inolvidables escenas familiares». El barrio se llamaba de los «Buissonnets», y las hermanas Martin cambiaron ese nombre, para su nueva vivienda, por el de los «Buissonnets», que muy probablemente era la denominación primitiva del barrio.
(3) Segundo piso, tipo buhardilla, en la fachada de los Buissonnets.
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