domingo, 27 de octubre de 2019

CÓMO ME LLAMARÍA EN EL CARMELO, EN EL COLEGIO (1883 - 1886) , MANUSCRITO A



Al hablar de las visitas a las carmelitas, me viene a la memoria la primera, que tuvo lugar poco después de la entrada de Paulina. Me olvidé de hablar de ella más arriba, pero hay un detalle que no quiero omitir.
 
La mañana del día en que debía ir al locutorio, reflexionando sola en la cama (pues era allí donde hacía yo mis meditaciones más profundas y donde, a diferencia de la esposa del Cantar de los Cantares, encontraba yo siempre a mi Amado), me preguntaba cómo me llamaría en el Carmelo. 

Sabía que había ya en él una sor Teresa de Jesús; sin embargo, no podían quitarme mi bonito nombre de Teresa. De pronto, pensé en el Niño Jesús, a quien tanto quería, y me dije: «¡Cómo me gustaría llamarme Teresa del Niño Jesús!»  
En el locutorio no dije nada del sueño que había tenido completamente despierta. Pero al preguntar la madre María de Gonzaga a las hermanas qué nombre me pondrían, se le ocurrió darme el nombre que yo había soñado... Me alegré enormemente, y aquella feliz coincidencia de pensamientos me pareció una delicadeza de mi Amado, el Niño Jesús. 


 Fuente: Historia de un alma, autobiografía de santa Teresa de Lisieux

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