miércoles, 17 de octubre de 2018

OREMOS POR LOS SACERDOTES, CARTA 122

A Celina   J.M.J.T. 
Jesús + 14 de octubre de 1890 


Querida Celina: 
No quiero dejar que salga la carta de María sin añadir yo unas letras para ti. Nuestra querida Madre me da permiso para hacer la oración contigo... Celina, ¿no es eso lo que hacemos siempre juntas...? 

Celina querida, lo que tengo que decirte es siempre lo mismo: ¡oremos por los sacerdotes! Cada nuevo día nos muestra cuán raros son los amigos de Jesús... Me parece que lo que más debe de dolerle es precisamente eso: la ingratitud. 

Sobre todo el ver que las almas que se han consagrado a él dan a otros el corazón que le pertenece a él de una manera tan absoluta... 


Celina, hagamos de nuestro corazón un pequeño jardín de delicias donde Jesús pueda venir a descansar... No plantemos más que lirios en nuestro jardín. Sí, lirios. Y no admitamos en él otras flores, pues éstas pueden ser cultivadas por otros, mientras que los lirios sólo las vírgenes pueden ofrecérselos a Jesús... 

«La virginidad es un silencio profundo de todas las preocupaciones de la tierra». No sólo de las preocupaciones inútiles, sino de todas las preocupaciones. Para ser virgen, no hay que pensar más que en el Esposo, que no admite a su lado nada que no sea virgen, «pues quiso nacer de una madre virgen, tener un precursor virgen, un tutor virgen, un amigo predilecto virgen, y finalmente un sepulcro virgen». Él quiere también una esposa virgen, ¡su CELINA...!  


Alguien ha dicho también que «cada uno ama lógicamente a su tierra natal; y como la tierra natal de Jesús es la Virgen de las vírgenes, y él nació por su voluntad de un Lirio, le gusta encontrarse entre corazones vírgenes».

¿Y tu viaje (2)? Parece que lo olvido..., pero no, mi corazón te está siguiendo hasta allá y comprendo todo lo que sientes... ¡lo comprendo todo...! Todo pasa: el viaje a Roma, con sus desgarrones, ha pasado..., nuestra vida de antes ha pasado... También la muerte pasará, y entonces gozaremos de la vida, no por siglos, sino que millones de años serán para nosotras como un día, y otros millones de años les sucederán llenos de descanso y de felicidad (3)... ¡Celina...! 

Rézale mucho al Sagrado Corazón. Tú bien sabes que yo no veo al Sagrado Corazón como todo el mundo. Yo pienso que el corazón de mi Esposo es sólo para mí, como el mío es sólo para él, y por eso le hablo en la soledad de este delicioso corazón a corazón, a la espera de llegar a contemplarlo un día cara a cara... 

No te olvides allí de tu Teresa. Simplemente susurra su nombre, y Jesús comprenderá. ¡Hay tantas gracias vinculadas a ese santuario, sobre todo para los corazones que sufren...! 

Me gustaría escribir a Leonia, pero me es imposible, ni siquiera tengo tiempo para repasar esta carta. Dile que me acuerdo mucho de ella, etc. etc. Estoy segura de que el Corazón de Jesús va a concederle muchas gracias, etc. etc. Dile todo eso, ¿me entiendes...? 

Tu Teresa del Niño Jesús de la Santa Faz, rel. carm. ind. 

 
NOTAS


1 Santa Teresita siempre mostró una vocación especial de orar por los sacerdotes. 

2 Peregrinación a Paray-le-Monial, acompañada de Leonia, con ocasión del segundo centenario de la muerte de la beata Margarita María (ahora santa Margarita María de Alacoque) , el 17 de octubre de 1890. 


3 Una vez más toca el tema del cielo.


4 Cf PN 23, introducción.  


Fuente: Obras completas, santa Teresa de Lisieux, cartas


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