¡Qué lástima pasar el tiempo aburrida como una ostra, en vez de quedarse dormida sobre el corazón de Jesús...!
Si la noche le da miedo al niñito, si se queja de no ver al que le lleva, que cierre los ojos, que haga VOLUNTARIAMENTE el sacrificio que le piden, y luego a esperar el sueño... Quedándose así, tranquilo, la noche, a la que ya no mirará, no podrá asustarlo, y pronto la calma, si no la alegría, renacerá en su corazón.
¿Es demasiado pedirle al niñito que cierre los ojos..., que no luche contra las quimeras de la noche...? No, no es demasiado, y el niñito va a abandonarse, va a creer que lo lleva Jesús, va a aceptar el no verlo y va a dejar muy lejos ese miedo estéril a ser infiel (miedo impropio de un niño).
(Un embajador)
Fuente: Obras completas, santa Teresa de Lisieux, cartas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario