domingo, 25 de febrero de 2018

MISA DE GALLO, EXPERIENCIA DE SANTA TERESITA EN ESA MISA


Querida amiga:

Me dices en tu carta que no han querido dejarte asistir a la Misa de Gallo.

Para compensarte, te voy a hacer partícipe de mis impresiones con ocasión de esa hermosa fiesta. Por la tarde no estaba contenta, hablaba continuamente del día siguiente y quería que hubiera llegado ya.

María quería que me acostase hasta que llegase la hora, aunque yo le aseguraba que no iba a poderme dormir; y de hecho, me costó mucho dormirme. Pero cuando María vino a despertarme a las once y medio, no me hice de rogar para levantarme; me levanté enseguida, y nos fuimos.

Por el camino, yo pensaba en los pastores, que hace mil ochocientos ochenta y ocho años se habían puesto también en camino a esta hora para adorar al divino Niño Jesús, que acababa de nacer. Pero yo no iba para verlo con los ojos del cuerpo, sino con los ojos del alma y para oírle hablar a mi corazón.

¡Y qué cosas tan dulces me dijo después de la comunión! Desde el día de mi primera comunión, nunca le había oído hablar tan bien a mi corazón. Creo realmente que hacía falta que fuese Navidad y que él viniese como un niñito a mi corazón para decirme palabras tan dulces.

Así que ya ves, querida Genoveva, qué hermoso es recibir al Niño Jesús el día de navidad, y sobre todo en la Misa de Gallo. Por eso, espero que este año seas muy sensata y cuides tu salud para que el año que viene te permitan ir a la Misa de Gallo


Adiós, querida amiga. Te dejo, esperando una próxima carta. Tu amiga que te quiere mucho,


Teresa, hija de los Santos Ángeles



Fuente:
Obras completas, santa Teresa de Lisieux, escritos varios.

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