ABATE RÉVÉRONY |
Al abate Révérony
Lisieux, 16 de diciembre de 1887
Señor Vicario General:
Acabo de escribir a Monseñor. Papá y mi tío me han dado permiso para hacerlo. Sigo esperando con confianza el «sí» del Niño Jesús.
Señor Abate, no faltan más que ocho días para navidad. Pero cuando más se acerca la fecha, mayor es mi esperanza; tal vez sea temeridad, pero, no obstante, me parece que es realmente Jesús quien habla en mi interior.
Todas las distracciones del viaje a Roma no lograron apartar ni un solo instante de mi espíritu el deseo ardiente de unirme a Jesús. ¿A qué llamarme tan fuerte para luego dejarme languidecer lejos de él?
Señor Abate, espero que usted haya abogado en favor mío ante Monseñor, como me prometió.
Si Jesús me consoló en mis pruebas, fue por medio de usted; y si entro en el Carmelo para Navidad, sé que a usted se lo deberé. Pero no soy ingrata, y toda mi vida lo recordaré.
Le pido humildemente, Señor Vicario General, que se digne bendecir a Su respetuosísima y agradecida servidora,
Teresa Martin
Fuente: Obras completas, santa Teresa de Lisieux, cartas.
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