viernes, 16 de marzo de 2018

REFLEXIÓN DE SANTA TERESITA SOBRE LA NAVIDAD


Finales de diciembre de 1886 - Comienzos de enero de 1887. Ejercicio de redacción
(después de la gracia de Navidad de 1886)

José Jesús ¡¡¡María!!! ¡¡¡Navidad!!!

La hermosa fiesta de Navidad es el aniversario del nacimiento de Jesús, nuestro Redentor, que vino al mundo en la noche del 25 de diciembre de 4004.


Jesús, para salvar a los hombres, quiso nacer más pobre que los pobres. Aunque para salvar al género humano le habría bastado con derramar una sola gota de su sangre, quiso hacerse niño pequeñito y nacer en un establo, sin que hubiera para cubrirlo más que unos pañales prestados y para calentar sus delicados miembrecitos un buey y una mula.

¿Quién logrará nunca entender este misterio de amor? Todo un Dios baja del cielo, donde es adorado y alabado, para salvar a un criatura ingrata y culpable.
¿Cómo podremos alabar y agradecer lo suficiente a este Niñito que viene a nosotros y que, en recompensa por todo lo que hace por nosotros,
no nos pide más que nos entreguemos a él sin reservas?

¿Quién, Jesús, se atreverá a negarte este corazón que tan merecidamente has conquistado y al que has amado hasta hacerte semejante a él y dejarte luego crucificar por unos verdugos despiadados?

Además, eso no te pareció todavía suficiente: tuviste que quedarte para siempre cerca de tu criatura, y desde hace diez y ocho centenares de años estás prisionero de amor en la santa y adorable Eucaristía. 






 

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