(Cuenta Celina):
En mis primeros años de vida religiosa asistí a una verdadera destrucción de mi naturaleza; no veía en torno a mí más que ruinas, y esto hacía que me lamentase con frecuencia. En una de esas ocasiones, la oí cantar (a Teresita):
«Chacha imperfecta en la tierra, ¡serás perfecta en el cielo!» .
La melodía de estas dos últimas líneas es la de un canto a san José: «José, desconocido en la tierra,
¡qué grande eres en el cielo!» (ter).
La primera estrofa de este canto comenzaba así: «Sangre noble corría por tus venas...», y el primer verso del estribillo: «La gloria del hombre es pasajera».
Fuente: Obras completas, santa Teresa de Lisieux, últimas conversaciones.
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